La lectura de hoy del libro: Voces de Recuperación habla sobre la humildad…. Y yo no comparto gran parte de la argumentación que aparece sobre la humildad. Aunque hay frases que una vez más iluminan mi pensamiento, mi sentir, me reconforta y me permiten vivir mejor mi vida.

Al leer, recibo la impresión de que ser humilde es un objetivo en sí mismo, porque nos supeditamos al plan de un Poder Superior…

En OA, he modificado mi idea acerca de qué es ser humilde, creo que esta cualidad puede serme favorable si…

Mi objetivo en la vida es ser feliz, no es mi objetivo ser humilde.

Por mi propia experiencia, sé que soy más feliz, si tengo cierta calma, cierta serenidad, cierto apego-desapego, etc.

Uno de mis defectos de carácter me impulsa a la perfección tal y como yo la conciba o crea que pueda obtenerla. Pero, siempre desde mi experiencia, perseguir esta quimera me estresa y esto actúa en contra mía.

Es decir, no me importa, no me interesa que pretender ser perfecto vaya en contra de la humildad y  deba dejar de ser perfecto para conseguir ser humilde, en este sentido la humildad no me interesa, no me dice nada este argumento… ni la  humildad como objetivo.

En cambio, entiendo “la humildad” como una forma de ser realista, sin delirios derrotistas ni de grandeza. Mi concepción de la realidad me dice que yo no estoy al mando. Que la mayoría de las cosas ocurren sin mi intervención y cuando yo imagino que yo he intervenido, “que gracias a mí… algo ha sucedido” me sorprende constatar que las personas que me rodean no lo perciben de esa manera.

La humildad, tal y como la he aprendido en OA, me trae tranquilidad, porque no gobierno el mundo, ni nada de nada, me trae calma, porque me quita mucha responsabilidad añadida, etc. en todo este sentido me trae Felicidad. Así, yo concibo la humildad como un requisito para ser más feliz.

En ese sentido quiero y deseo practicar la humildad y ser humilde como actitud, etc. porque eso me posibilita acercarme a mi objetivo de ser feliz, viviendo liberada de: perfeccionismos, esfuerzos denostados para controlarlo todo, partirme el pecho para que el mundo “vaya bien”.

Saberme humilde, que no soy yo la que está al mando me trae felicidad.

Mi sentido de realidad, y mi experiencia vital me muestran una y otra vez que las cosas suceden sin que dependan de mí. Me muestra que no soy yo quien diseño todo eso, que a veces mi planes van por un lado y la vida me sorprende con otro plan mejor…

No sé si hay un “Plan”, no sé si hay un “Dios” que pergeña ese plan. Yo soy de esas ácratas cuyos defectos de carácter impiden creer que vivo en un universo planificado por algo superior en sus grandes y pequeños detalles. Mi orgullo, mi soberbia, mi escepticismo me impide confiar que pueda haber “algo” que se ocupe o que rija todo eso.

Ahora me pregunto ¿Me gusta más la idea de que todo esto es azar? ¿Prefiero pensar que es la casualidad lo que gobierna el mundo? ¿Hay regularidades y leyes físicas o no, que sostienen este mundo en orden? Ufffff

No tengo respuesta para esto, pero sé que cuando escucho mi voz interior, -que es donde OA me dice que mi Poder Superior me habla- mi vida funciona mejor, yo vivo más tranquila, con más coherencia conmigo misma, más acorde con mis principios y valores en definitiva más feliz.

A esta voz, yo le suelo llamar “palpito”, en mi entorno recibe más nombres… Hay veces que alguien me dice que no sabe qué hacer con respecto algo, entonces yo le pregunto ¿Qué te dice tu pálpito?

Normalmente soy yo misma quien rebusca la voz de mi propio pálpito. A veces habla con claridad, otras no se pronuncia y no distingo que me dice.

En estas ocasiones el programa me dice que espere, que me pare, que rece… mi falta de humildad, a veces me impide rezar.

Suelo rezar, yo ácrata sí, rezo sí, rezo cuando tengo miedo, como un mantra. Rezo para huir de mi espanto interno, pero…

¿Rezar para decidir algo de mi vida cotidiana?…. ¿Reconocer humildemente que soy incapaz ante algo? ¿Aceptar mis limitaciones?

¿Aceptar desde la llaneza que “yo no puedo? ¿Qué yo SOLA no puedo? Si es así, entonces ¿Cómo? ¿Con qué? ¿Con quién? ¿Qué hará que yo pueda?

En OA yo me encuentro a mí misma, mi pálpito y a veces encuentro el modo de dejar la puerta abierta a la idea de Dios, y entonces confío en poder vivir mi vida tranquilamente feliz. Confío en Su ayuda.

Si bien de cabeza le confío mi ayuda, me cuesta hacerlo desde el sentimiento, pero los ratos que lo hago, vivo mejor.

Me estoy dando cuenta que creo en Dios cuando le doy gracias, que es muchas veces porque me da muchos dones y motivos. Esto para otro día.